martes, 22 de abril de 2014

Roy Walton, mi primer maestro

Cuando escogí Glasgow como ciudad de destino para mi año de Erasmus (ay, esa gran aventura...), no tenía ni la más remota idea de lo que me iba a encontrar allí.

Evidentemente, lo primero que hice cuando llegué fue buscar una tienda de magia (incluso antes que un supermercado). Después de agradecerle al Sr. Google que me diese la información que necesitaba, llegué a una pequeña tienda en el centro de Glasgow llamada Tam Shepherds Trick Shop. Tras el mostrador estaba un señor al que yo le eché unos sesenta y cinco años (que resultaron ser ochenta y pico), con un adorable acento de Londres y una técnica con las cartas que ya la quisieran muchos. Sus hijas, que trabajan en la tienda con él, sientieron curiosidad de saber de dónde venía yo, supongo que por mi interesante acentillo español. Me entretuve un ratito observando las máscaras, las barajas y los cachivaches varios que estban allí expuestos y antes de irme pregunté si sabían de algún club de magos al que me pudiese asociar para llenar las horas muertas entre clases y fiestas Erasmus. El anciano cartomago me dio una tarjeta de la Scottish Conjurers Association (que merece una entrada aparte), y me fui tan feliz.

Poco después, un amigo de la SCA me invitó a ir el sábado por la mañana a Tam Shepherds para echar un rato con otros magos. Me lo pensé durante una millonésima de segundo, y allí estaba yo el sábado en la tienda otra vez. Durante una conversación que no recuerdo, mi colega me preguntó si sabía quién era el mago de detrás del mostrador. Al ver mi cara de confusión, me lo dijo, así como quien no quiere la cosa:

"He's Roy Walton."

Recogí mi mandíbula del suelo y me recoloqué las gafas. Roy Walton, ese nombre que aparecía en los libros de cartomagia, tenía una cara y yo la estaba mirando en ese momento.

A partir de entonces, todos los sábados me pasaba por la tiendecita para bombardear a Roy con preguntas sobre técnica, sobre su vida, sobre la vida de otros magos... Y él siempre estaba dispuesto a compartir anécdotas divertidas y consejos de valor incalculable.

No puedo poner aquí todo lo que aprendí de Roy, pero sin duda se convirtió casi sin querer en mi primer maestro y en un buen amigo. Porque aprender magia es más que aprender técnicas: hay cosas de la vida que solo te las puede enseñar alguien que ha vivido (y si ese alguien ha vivido en contacto con Dai Vernon y Alex Elmsley, mejor que mejor).


Ese de debajo de los pelos soy yo con Mr. Walton en su tiendecita en 2012.

Si alguien que me lea se pasa por Queen Street en Glasgow, no dudéis en ir a visitar a Roy. Si eres aficionado a la magia, aprenderás algo seguro. Si eres un lego (de los que no saben, no de los de plástico), tendrás la oportunidad de ver un par de juegos de una de las figuras más importantes de la cartomagia en el Reino Unido.

Cheers, mates!

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